Dificultades de articulación y alteraciones en el habla
El lenguaje humano cumple una doble función: es fundamentalmente instrumento para la comunicación; pero primordialmente es la herramienta que permite y facilita la función del pensamiento y del desarrollo cognitivo. Por tanto, los disturbios en la comunicación son los problemas de lenguaje que generalmente se presentan durante el desarrollo infantil.
¿Cuáles son los problemas de lenguaje más comunes en nuestra sociedad?
Actualmente, los problemas de lenguaje son múltiples y los más comunes son:
- Las dislalias o errores en la articulación (el niño dice “toma” por “coma”, “chopa” por “chompa” , etc.
- El ritmo del habla es acelerado (habla tan rápido que no realiza pausas entre una y otra palabra; por ello tampoco se le entiende).
- El uso de artículos, preposiciones, sustantivos y adjetivos es limitado (prefiere decir: “juguete cayó” que decir: “mi juguete se cayó”, o también dice “calle” y no: “quiero ir a la calle”).
- A veces se refiere a sí mismo como si se tratara de otra persona (en vez de decir: “yo quiero cantar” dice “Juan quiere cantar”).
- Parece no escuchar porque no mira al que le está hablando, no obedece, etc.
- Imita con dificultad ejercicios linguales, labiales y faciales llegando a frustrarse por ello.
¿A qué edad un niño debe emitir todos los sonidos del habla sin dificultad y comunicarse de forma clara?
Los tres primeros años de vida son: “la clave del éxito”. La estimulación oportuna, constante y altamente motivadora despierta en el niño y la niña menor de 3 años, el interés y la curiosidad por el aprendizaje.
Por ello, a los 3 años la comunicación debe darse sin dificultad alguna, emitiendo todos los sonidos del habla y estructurando el mensaje.
¿Qué pasa si un problema de lenguaje persiste hasta los 5 años? ¿El niño tendrá problemas en el colegio?
Sí. Es necesario dar el tratamiento oportuno a un problema de lenguaje para prevenir futuros problemas de aprendizaje en el colegio.
¿Cómo podemos estimular el lenguaje y prevenir futuros problemas de aprendizaje?
El lenguaje se puede estimular aprovechando cualquier actividad durante el día.
Los cantos, las rimas, las asociaciones de palabras, los trabalenguas, las adivinanzas, etc. Son juegos lingüísticos que nos ayudan a incrementar el lenguaje oral. Estos juegos permiten desarrollar la conciencia lingüística y sus competencias de lenguaje de manera divertida y entretenida.
La estimulación multisensorial y las actividades motrices gruesas también favorecen la comunicación total.
¿A quienes podemos acudir si necesitamos solucionar un problema de lenguaje específico?
Los especialistas de lenguaje realizan el tratamiento logopédico según cada caso; el cual involucra la terapia miofuncional integrativa.
La especialista de lenguaje no trabaja sola. El tratamiento interdisciplinario es el más adecuado.“¡Tengo un niño con problemas de lenguaje!”
Sugerencias al maestro de aula para el manejo de un niño con dificultades de articulación
Muchos maestros deben haberse encontrado en su salón de clases con casos de niños que presentan dificultades de articulación, ya sea de fonemas específicos, en cuanto a confusión, sustitución u omisión; o dificultades de pronunciación de las palabras. Y es que hoy, es cada vez más frecuente el reporte de casos de niños con estas dificultades, y son cada vez más los colegios, que al dar una educación integral, se preocupan por este aspecto.
Probablemente los maestros se encuentran ante una situación no conocida y muchos no han sabido cómo actuar frente a ello, especialmente cuando resulta complicado entender algunas de las palabras que estos niños enuncian o cuando otros niños se dan cuenta y los molestan, diciendo que no les entienden. En esta oportunidad, Ivette Villanueva Luján, especialista en Audición, Lenguaje y Aprendizaje nos brinda un poco más de información al respecto y, a su vez, algunas sugerencias a los maestros acerca de cómo ayudarlos dentro del aula, cómo salvaguardarlos de posibles burlas de parte de sus compañeros y cuándo buscar atención especializada.
¿A qué nos referimos con perturbaciones del habla?
Las perturbaciones del habla son todas aquellas perturbaciones que dificultan la expresión lingüística oral. Algunos profesionales llaman indistintamente trastornos de lenguaje o trastornos del habla para referirse a cualquier alteración o dificultad en la comunicación oral. En la práctica existen varias acepciones.
¿Cuáles son las causas más frecuentes de estas alteraciones?
Las causas de las alteraciones pueden ser muchas, desde una inadecuada estimulación sociocultural, déficit cognitivo, déficit de tipo sensorial, o a veces puede responder a trastornos afectivos.
Los niños pasan por un proceso evolutivo en el que tienen diferentes errores por no poseer aún las imágenes acústicas adecuadas o porque sus órganos articulatorios no son capaces de realizar con precisión complejos movimientos articulatorios.
Estos errores de desarrollo tienden a desaparecer sin necesidad de intervención terapéutica. Se considera que hay trastorno fonético cuando estas dificultades persisten mas allá de la edad en que dichos sonido se suelen pronunciar correctamente.
¿Qué tipos de alteraciones de habla podemos encontrar?
Las alteraciones de habla son de distintos tipos, de manera general se dan:
a) De omisión: Cuando falta la producción del sonido o se da un alargamiento de la vocal anterior que marca la presencia de la consonante omitiva que no puede pronunciar. Ejm: “cao” en lugar de “carro”
b) De sustitución: Se da el cambio de un sonido por otro, normalmente de adquision anterior o de la misma familia fonética. Ejm: “cata” por “casa”
c) De distorsión: Sustitución de un sonido por otro que no pertenece al sistema fonético del idioma. Hay falta de claridad, y suele dar lugar a un sonido débil o incompleto. Ejm: Rotacismo gutural: R mezclado con g.
¿De qué manera se realiza la intervención?
La intervención es un sistema diseñado para ofrecer contextos, medios y experiencias necesarias para el aprendizaje del lenguaje. Por lo tanto, exige una evaluación previa la cual sirve como elemento de juicio para la toma de decisiones:
-Detección del problema lingüístico inicial
-Valoración diagnóstica del mismo, considerando el contexto
- Recomendaciones para la intervención
Esta evaluación la debe hacer un profesional especialista en el tema, entrenado y con experiencia a fin de poder tomar la decisión de un posible ingreso a tratamiento.
Se debe saber que la actuación en cada caso variará según la calidad de la inteligibilidad del alumno, de la existencia o no de afectación orgánica, y el tipo de ésta si la hubiera, y de su edad cronológica.
¿Cómo se puede realizar la intervención el aula?
Se debe procurar que la comunicación, que es esencial, no quede afectada por las dificultades de pronunciación del niño, por importantes que éstas sean. Por ejemplo:
Nunca se debe llamar públicamente la atención del alumno por sus errores o hacerle repetir las palabras que emite inadecuadamente, es mejor que el niño sea consiente de que nos hemos dado cuenta de su error, pero que eso no impide que nos interese lo que dice más que como lo dice. Es más efectivo repetir por nuestra parte la palabra cuando él la haya acabado, con objeto de presentarle un modelo adecuado.
Se debe evitar enfrentar al niño con su dificultad mediante una valoración negativa de ésta. Se le ha de transmitir que se conoce su problema, pero que eso no impide la comunicación con él.
Debe evitarse que otros compañeros, o el propio maestro en algún momento, lo inviten a repetir las palabras que contienen producciones inadecuadas, con objeto que las mejore o que se le entienda mejor. No hay que insistir en que corrija sus errores ya que con ello posiblemente se crearía un problema de tipo psicológico (temor a hablar, rehuir a las preguntas en clase, alejarse de los amigos etc.)
Conviene repetirle aquellas palabras que pronuncia en forma incorrecta en los casos donde no hay organicidad como etiología, para que tenga el modelo adecuado, pero tomando en cuenta el punto anterior: esta repetición ha de ser lo más natural posible y efectuarla siempre cuando el niño haya acabado de decir la palabra o ha terminado la frase.
Hay que hablarle al niño sin prisa. Cuando el niño habla, dejémosle terminar de hablar, esperando unos segundos antes de comenzar a hablar nosotros. El hablar lento y relajado de los maestros y/o padres es mucho más eficaz que estar criticándole o decirle que "hable más despacio".
Démosle a entender al niño tantas veces como se pueda, que le prestamos atención y que no tiene que apresurarse al hablar. Hay que evitar la crítica, el hablar rápido, las interrupciones y las preguntas.
Se puede ayudar al niño individualmente en momentos determinados, sin que ello signifique destacar sus diferencias con los demás y siempre que se este recibiendo asesoramiento o se conozca bien la técnica que se ha de aplicar para ese caso concreto. Aun así, estos espacios han de construir solo apoyos y no intentar convertirse en un tratamiento de lenguaje dentro del aula.
Si no se tiene un diagnóstico previo, se debe observar atentamente la evolución del niño para valorar qué tipo de patología parece más probable dentro de la alteración articulatoria y poder tomas las medidas necesarias. Al hacer eso, debe ser en función de la edad cronológica, ya que, como se dijo antes, podría tratarse de un desfase de tipo cronológico o de lo contrario de una dificultad más importante, lo que seria de mucha ayuda cuando se toma la decisión sobre el inicio de un tratamiento especializado.
Una vez iniciado el tratamiento, mantener una comunicación con la terapeuta del niño es lo más adecuado, ella es la persona especialista que nos puede dar otras sugerencias específicas acerca del trabajo que realiza con el niño y maneras en que se le puede ayudar. La idea es que estén conectados terapia-casa-colegio, de modo que se aborde al niño en los espacios donde él mas frecuenta contando con cierta congruencia en cuanto a la intervención, lo que permite mejores resultados y da lugar a un progreso mayor.El miedo
No es una enfermedad, ni una reacción patológica. El miedo es un sistema que sirve para nuestra supervivencia
¿Qué es el miedo?
El miedo es un sentimiento natural en las personas, es una especie de alarma que nos alerta de algún peligro y, por ende, activa nuestra vigilancia, nos hace estar más pendientes, incrementa la precaución, hace que nos protejamos, etc.
¿El miedo es innato o aprendido?
El miedo en sí es una respuesta innata, se da sin aprendizaje previo y su objetivo es proteger a los niños de los diferentes peligros a los que pueden estar expuestos. Por ejemplo, el miedo que siente un recién nacido a caerse provoca en el un reflejo llamado de Moro, que es una forma compleja de aferrarse. Es así que los niños al nacer traen consigo una serie de recursos que salen a relucir cuando se sienten amenazados o atemorizados. A lo largo del proceso de desarrollo del niño irán apareciendo miedos específicos y característicos a ciertas edades, que los padres deben reconocer y ayudar a superar para hacer de eso parte del proceso de aprendizaje y maduración.
¿Cómo se manifiesta el miedo?
Todo miedo tiene tres componentes: el cognoscitivo, que permite reconocer el peligro tras la percepción de elementos amenazantes o peligrosos; el componente fisiológico, conformado por los cambios que se dan en el organismo como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración de manos, dilatación de pupilas, etc.; y el componente motor, que son las características reacciones musculares, como movimientos automáticos de huida y defensa.
¿Existen distintas de clases de miedo?
Podemos hablar de miedos que son considerados normales, como parte del proceso de desarrollo; también de un miedo innato, como el del ejemplo del recién nacido; un miedo aprendido que es el que se tiene después de una experiencia negativa y, del miedo patológico, aquel que se repite con frecuencia en el niño, persiste hasta después de una edad considerada razonable y cuyas manifestaciones son muy intensas.
¿En qué es diferente el miedo de la fobia?
La fobia es un miedo irracional, obsesivo y angustioso hacia determinadas situaciones, cosas o personas. En ocasiones los miedos aprendidos pueden convertirse en fobias.
Se dijo que hay miedos característicos a cada edad, ¿cuáles son los que debemos esperar en nuestros hijos a lo largo de su desarrollo?
Las causas del miedo infantil van cambiando con la edad y según van creciendo se van centrando en su entorno y en sus experiencias. Así podemos señalar la aparición de miedos en el recién nacido a la perdida de apoyo o a un inesperado estimulo sensorial, que despiertan una reacción refleja que se manifiesta en llanto. El llanto en este caso es una respuesta adaptativa cuyo objetivo es llamar la atención de la madre.
A los 6 meses se manifiesta el miedo hacia estímulos nuevos, a las alturas, a los extraños. A los 9 meses parece ser la separación de la madre durante tiempos largos o quedarse solo en un lugar desconocido lo que genera el mayor miedo, alcanzado su fase más aguda hacia el final de los dos años. Alrededor de los 2 a 4 años, cuando se está aprendiendo a ir al baño solo, aparece el temor al inodoro, a los animales y a la oscuridad. A los 6 años surge el miedo al colegio, a los temblores y a los seres imaginarios. Entre los 6 y 9 años pueden aparecer temores considerados más reales, como el miedo al daño físico, al ridículo, a no ser aceptado o no poder lo que los otros pueden. Los niños entre 9 y 12 años pueden experimentar miedo a los accidentes, enfermedades graves, divorcio de los padres, pobre rendimiento escolar, peleas, etc. Alrededor de los 12 años, incluso ya de adultos, disminuyen los miedos a desastres naturales y van apareciendo miedos centrados en la sexualidad, embarazo, aborto, suicidio, niños con defectos, etc.
¿Cómo pueden ayudar los padres para que sus hijos superen sus miedos?
Lo esencial es no sobre preocuparse ni sobreactuar. Se les debe escuchar atentamente, aceptar sus miedos, no minimizarlos ni restarles importancia, decirles que es algo normal, que todos los chicos de su edad lo sienten, ayudarlo a encontrar la manera de dominar ese miedo y entender qué hay detrás de ese sentimiento. Es necesario explicar que cuando uno trata de crecer, de defenderse y de ser independiente, eso causa miedo. Y cuando por fin logre superar dicho miedo, hay que hacérselo notar para que sienta que tal éxito es reconocido. Háblele o recuérdele en algún momento cómo el superó ese miedo: con esto el niño admitirá su crecimiento y podrá recordarlo cuando se sienta atemorizado nuevamente. Si algún miedo se presenta con alta frecuencia o interfiere en el desarrollo evolutivo normal del niño o causa limitaciones en su vida diaria y los padres sienten que no saben como manejar la situación, se debe, entonces, consultar con un especialistaLa música como didáctica en los trastornos del desarrollo de lenguaje
Los trastornos de lenguaje pueden verse especialmente beneficiados cuando hacemos entrar en juego otras dimensiones que las propiamente lingüísticas
¿Que son los trastornos del desarrollo del lenguaje?
Se les puede definir como un retraso o fracaso en el desarrollo normal del lenguaje que no es diagnosticado en términos de deficiencia mental o física, trastorno emocional ni de privación ambiental. El DSM IV lo distingue entre trastorno de lenguaje expresivo y trastorno mixto del lenguaje receptivo – expresivo.
¿Cuáles son los criterios de gravedad al referirnos a los trastornos del desarrollo de lenguaje?
Al referirnos a las manifestaciones clínicas constatamos que pueden ser tan amplias que pueden abarcar todos los aspectos de la comunicación verbal y no verbal. Es decir, se pueden manifestar en una total incapacidad para comprender y responder a los estímulos comunicativos del medio o, simplemente, limitarse a un déficit léxico o a leves anomalías que pueden pasar desapercibidas.
¿Cuáles son las características clínicas mas significativas?
A la consulta llegan niños tímidos que experimentan reacciones emocionales bruscas o se muestran ansiosos y que acuden más que por su problema en la evolución de la capacidad de comprensión y expresión, por su problema de adaptación. De ahí la importancia de un buen diagnóstico de la patología del lenguaje, para no producir confusión con otras anomalías.
En el momento en que el niño empieza a descubrir el mundo que lo rodea y a imitar el lenguaje de su entorno, es donde sus deficiencias, dificultades en la discriminación auditiva, escasa variedad gramatical y tendencia a omitir marcadores gramaticales (limitaciones en la capacidad del sistema de procesamiento de la información y déficit en las estrategias generales de aprendizaje), se dejan notar.
¿Cómo se entrelaza el juego creativo, la música y el color en la rehabilitación en los trastornos del lenguaje?
El juego y la música son la posibilidad expresiva – corporal que permite incrementar la confianza, la seguridad y la identidad del niño, que son la base fundamental para la potencialización de otras habilidades. A través del juego el niño no se siente limitado ni presionado, por el contrario, al establecer simpatía con el adulto, se siente querido y el afecto le da seguridad. Una vez que el niño a logrado esto estará en condiciones de asumir nuevos retos.
¿En qué consiste la rehabilitación con la música?
Consiste en la posibilidad de familiarizar al niño con el medio sonoro y que por medio de esta manifestación, descubra jugando el mundo de la música y el color. A través de la música (estrategia metodologíca de apoyo), el niño aprende a controlar la atención y a comprender y seguir reglas a través de la imitación.
¿En qué se basa el programa?
El programa se basa en la utilización de los órganos de los sentidos y consiste en actividades que implican mirar, escuchar, manipular y concluir tareas. A través del programa que emplea la música, el color y el juego el niño logra aceptar un mínimo de guía y dirección verbal; contacto ocular ante instrucciones; poner la capacidad de imitación verbal bajo control y fomentar la frecuencia y la espontaneidad para comunicarse.
¿Y cómo logra incrementar la espontaneidad para comunicarse?
En la fase básica del lenguaje comprensivo, la música es utilizada para sonorizar cuentos, simbolizar sonidos, descubrir ritmos, tiempos, sonidos y silencios. Asimismo, partiendo del repertorio de actos comunicativos, la música permite aumentar la frecuencia de respuesta: gestos, expresión facial, generalizar en distintos contextos (expansión de los elementos de la oración y de los marcadores gramaticales), aumentando la espontaneidad e iniciativa del niño para comunicarse.
¿Esto requiere de un profesional especializado?
En principio si, básicamente para establecer las pautas en el proceso de rehabilitación. Posteriormente, los padres, quienes también tienen que participar, se encargarán de propiciar en el hogar este juego de exploración sonora, siempre estimulando al niño, nunca criticándolo ni reprimiendo sus logros por más mínimos que estos sean. Recordemos que es clave que el niño se sienta, digamos de alguna manera, aprobado por su entorno.¿Cómo estimular la lectura en edades tempranas?
Al leer una historia, ingresamos en un mundo “mágico” de experiencias, de inquietudes y, por qué no, interrogantes
Saber leer no es simplemente transformar un mensaje escrito en un mensaje sonoro, ni comprender su contenido. Leer presupone la utilización de todos nuestros sentidos. Al leer una historia, ingresamos en un mundo “mágico” de experiencias, inquietudes y, por qué no, interrogantes. Así un pequeño, que en su cumpleaños recibe por primera vez un libro, establece lazos íntimos con su madre, quien, a partir de ese momento, le cuenta antes de dormir la historia del oso travieso y juguetón, que tiene la piel suave, que tiene olor y que en una tarde después de salir del colegio, se perdió en el bosque. En ese momento el niño está siendo informado a través de sus sentidos, su imaginación y su creatividad. Y, también, recibe el deseo y la motivación por leer.
Muchos padres esperan que sus hijos alcancen la edad madurativa para leer, sean buenos lectores, buenos estudiantes y adultos cultos.
El acto de leer no supone el empleo de recetas “mágicas”, ni abordajes terapéuticos. No es innato: hay que cultivarlo a través de modelos que empiezan en el hogar.
¿Cómo lograrlo?
Los padres y las familias que establecen con el niño una comunicación verbal diaria, acompañada de una expresión corporal, gestual y rítmica, están favoreciendo el modelo de un comportamiento lector ideal.
¿Por qué gestual, y rítmica?
Porque el niño puede captar el significado de las palabras y las frases a través de la dramatización y la expresión del cuerpo, e incluso se enriquece con la musicalidad de los fonemas. Es básico cuando el niño alcance la edad de maduración para leer, pues la relación con las palabras, con las frases, con los textos, será un acto de continuidad iniciada en edades anteriores. Esto unido con el modelo de los padres, estimulará el gusto por la lectura.
Existen investigaciones que afirman que escuchando la voz de los padres, los niños se estimulan a leer. El niño aprende a interpretar los matices de la voz y a reconocer distintos códigos usados por sus padres como son por ejemplo: de arrullo, de engaño; las voces conocidas de acuerdo al contexto en la que se desenvuelve la historia. Todo esto es importante porque introduce al niño en el mundo del lenguaje oral y su poder de comunicación. Más que interpretar literalmente las palabras, la afectividad inmersa en el juego, vincula al niño al mundo de los significados y consecuentemente a la lectura.
¿Cuándo se inicia el proceso lector?
Se inicia desde edades tempranas, incluso antes del nacimiento. Hay teorías que afirman que las madres gestantes que leen durante su etapa de embarazo, están estimulando el proceso lector posterior. Esto nos supone que no existe una edad fija de inicio para leer. Ha habido autores que han creído hallar en el desarrollo general del individuo un factor importante en la madurez lectora. Sin embargo, no se puede confirmar estadísticamente. Otros, como el caso de Doman, afirma que el mejor momento para enseñar a leer es a los dos años. Para este autor el aprendizaje precoz de la lectura forma parte de la terapéutica en el tratamiento de los niños con lesiones cerebrales. Particularmente considero que esperar hasta los 6 años, que es la edad madurativa para leer, es limitar a nuestros hijos El aprendizaje de la lectura favorece el desarrollo intelectual, escolar y social. Son los primeros años en donde hay que explotar el potencial. Así se podría compensar las desigualdades iniciales en materia de lenguaje y de aprendizaje.
¿Cómo pueden los padres fomentar la lectura en sus hijos?
Los padres pueden comenzar a estimular la lectura a través de historias inventadas por ellos mismos, sus experiencias personales, sus vivencias familiares les permiten la construcción de su yo personal y social. Además, a través de la dramatización y la creación literaria, los niños pueden canalizar sus emociones y sus temores.
Luego es importante el empleo de cuentos. Ello le permitirá conocer un vocabulario no empleado en su vida diaria, le enseña a estructurar con facilidad el lenguaje. Está comprobado que los niños a quienes se les ha leído cuentos en la edad preescolar, llegan a la escuela, con una información previa, una cierta información del lenguaje escrito, que hace que el proceso de leer y de escribir sea más fácil.
Es importante asociar el relato de los cuentos o de historias con juegos corporales, con las manos, con los dedos, en general con todo el cuerpo, siempre empleando el lenguaje rítmico, bien articulado, con diferentes tonos de voz, con frases musicalizadas.
Los libros con figuras amplias y coloridas ayudan mucho para la estimulación multisensorial y si tienen calcomanías para armar y pegar serán de gran ayuda.
Es importante que al leer se siga una secuencia lógica del relato. Anímele a su hijo a narrar el cuento. Posteriormente puede ser inventado por los dos, jugando a completar o recordar las secuencias.
Existen otras formas?
Otra forma de motivar la lectura es a través del dibujo y el pintado. Se puede leer una historia y pedir al niño que juntos dibujen los personajes.: Se puede afianzar los conceptos espaciales, y temporales (antes y después).
¿Que recomendaciones nos daría?
Es importante establecer un horario de lectura exclusivo , sin interrupciones. Ni ausencias. Así el niño se preocupará por respetar el tiempo de “leer”
Si el niño no logra comprender totalmente lo escuchado, no hay que exigirle que lo comprenda. A través de las preguntas que le haga logrará comprenderlas.
Es recomendable utilizar libros llamativos y, resistentes, que ellos puedan manipular con entera libertad. Es necesario enseñarles como se lee. No se trata de que aprendan a leer sino que aprendan los pasos previos: buscar el lugar apropiado para leer, determinar qué tipo de libro quiere leer, familiarizarse con los sonidos, asociar el sonido con las letras, iniciar sus primeras sílabas, sus primeras palabras , descubrir toda la gama de información, por ejemplo descubrir los colores, reconocer formas, cantidades, definiciones, descripciones, etc.
Lo más importante es que el momento de leer sea especial y no rutinario. Esté cargado de armonía, seguridad, calidez y placer.
Cómo conclusión se puede decir que se puede estimular a los niños en áreas que servirán para el inicio del proceso lector. Se puede iniciar a cualquier edad siempre que la evolución intelectual lo posibilite. Los tres primeros años son fundamentales para el desarrollo integral infantil, Esto por la plasticidad cerebral. La madurez para le lectura no necesita esperar a la maduración biológica siempre y cuando se adapten en todo momento al desarrollo de las adquisiciones del niño y en un ambiente estimulado permanente.
¿Cuáles son los problemas de lenguaje más comunes en nuestra sociedad?
Actualmente, los problemas de lenguaje son múltiples y los más comunes son:
- Las dislalias o errores en la articulación (el niño dice “toma” por “coma”, “chopa” por “chompa” , etc.
- El ritmo del habla es acelerado (habla tan rápido que no realiza pausas entre una y otra palabra; por ello tampoco se le entiende).
- El uso de artículos, preposiciones, sustantivos y adjetivos es limitado (prefiere decir: “juguete cayó” que decir: “mi juguete se cayó”, o también dice “calle” y no: “quiero ir a la calle”).
- A veces se refiere a sí mismo como si se tratara de otra persona (en vez de decir: “yo quiero cantar” dice “Juan quiere cantar”).
- Parece no escuchar porque no mira al que le está hablando, no obedece, etc.
- Imita con dificultad ejercicios linguales, labiales y faciales llegando a frustrarse por ello.
¿A qué edad un niño debe emitir todos los sonidos del habla sin dificultad y comunicarse de forma clara?
Los tres primeros años de vida son: “la clave del éxito”. La estimulación oportuna, constante y altamente motivadora despierta en el niño y la niña menor de 3 años, el interés y la curiosidad por el aprendizaje.
Por ello, a los 3 años la comunicación debe darse sin dificultad alguna, emitiendo todos los sonidos del habla y estructurando el mensaje.
¿Qué pasa si un problema de lenguaje persiste hasta los 5 años? ¿El niño tendrá problemas en el colegio?
Sí. Es necesario dar el tratamiento oportuno a un problema de lenguaje para prevenir futuros problemas de aprendizaje en el colegio.
¿Cómo podemos estimular el lenguaje y prevenir futuros problemas de aprendizaje?
El lenguaje se puede estimular aprovechando cualquier actividad durante el día.
Los cantos, las rimas, las asociaciones de palabras, los trabalenguas, las adivinanzas, etc. Son juegos lingüísticos que nos ayudan a incrementar el lenguaje oral. Estos juegos permiten desarrollar la conciencia lingüística y sus competencias de lenguaje de manera divertida y entretenida.
La estimulación multisensorial y las actividades motrices gruesas también favorecen la comunicación total.
¿A quienes podemos acudir si necesitamos solucionar un problema de lenguaje específico?
Los especialistas de lenguaje realizan el tratamiento logopédico según cada caso; el cual involucra la terapia miofuncional integrativa.
La especialista de lenguaje no trabaja sola. El tratamiento interdisciplinario es el más adecuado.“¡Tengo un niño con problemas de lenguaje!”
Sugerencias al maestro de aula para el manejo de un niño con dificultades de articulación
Muchos maestros deben haberse encontrado en su salón de clases con casos de niños que presentan dificultades de articulación, ya sea de fonemas específicos, en cuanto a confusión, sustitución u omisión; o dificultades de pronunciación de las palabras. Y es que hoy, es cada vez más frecuente el reporte de casos de niños con estas dificultades, y son cada vez más los colegios, que al dar una educación integral, se preocupan por este aspecto.
Probablemente los maestros se encuentran ante una situación no conocida y muchos no han sabido cómo actuar frente a ello, especialmente cuando resulta complicado entender algunas de las palabras que estos niños enuncian o cuando otros niños se dan cuenta y los molestan, diciendo que no les entienden. En esta oportunidad, Ivette Villanueva Luján, especialista en Audición, Lenguaje y Aprendizaje nos brinda un poco más de información al respecto y, a su vez, algunas sugerencias a los maestros acerca de cómo ayudarlos dentro del aula, cómo salvaguardarlos de posibles burlas de parte de sus compañeros y cuándo buscar atención especializada.
¿A qué nos referimos con perturbaciones del habla?
Las perturbaciones del habla son todas aquellas perturbaciones que dificultan la expresión lingüística oral. Algunos profesionales llaman indistintamente trastornos de lenguaje o trastornos del habla para referirse a cualquier alteración o dificultad en la comunicación oral. En la práctica existen varias acepciones.
¿Cuáles son las causas más frecuentes de estas alteraciones?
Las causas de las alteraciones pueden ser muchas, desde una inadecuada estimulación sociocultural, déficit cognitivo, déficit de tipo sensorial, o a veces puede responder a trastornos afectivos.
Los niños pasan por un proceso evolutivo en el que tienen diferentes errores por no poseer aún las imágenes acústicas adecuadas o porque sus órganos articulatorios no son capaces de realizar con precisión complejos movimientos articulatorios.
Estos errores de desarrollo tienden a desaparecer sin necesidad de intervención terapéutica. Se considera que hay trastorno fonético cuando estas dificultades persisten mas allá de la edad en que dichos sonido se suelen pronunciar correctamente.
¿Qué tipos de alteraciones de habla podemos encontrar?
Las alteraciones de habla son de distintos tipos, de manera general se dan:
a) De omisión: Cuando falta la producción del sonido o se da un alargamiento de la vocal anterior que marca la presencia de la consonante omitiva que no puede pronunciar. Ejm: “cao” en lugar de “carro”
b) De sustitución: Se da el cambio de un sonido por otro, normalmente de adquision anterior o de la misma familia fonética. Ejm: “cata” por “casa”
c) De distorsión: Sustitución de un sonido por otro que no pertenece al sistema fonético del idioma. Hay falta de claridad, y suele dar lugar a un sonido débil o incompleto. Ejm: Rotacismo gutural: R mezclado con g.
¿De qué manera se realiza la intervención?
La intervención es un sistema diseñado para ofrecer contextos, medios y experiencias necesarias para el aprendizaje del lenguaje. Por lo tanto, exige una evaluación previa la cual sirve como elemento de juicio para la toma de decisiones:
-Detección del problema lingüístico inicial
-Valoración diagnóstica del mismo, considerando el contexto
- Recomendaciones para la intervención
Esta evaluación la debe hacer un profesional especialista en el tema, entrenado y con experiencia a fin de poder tomar la decisión de un posible ingreso a tratamiento.
Se debe saber que la actuación en cada caso variará según la calidad de la inteligibilidad del alumno, de la existencia o no de afectación orgánica, y el tipo de ésta si la hubiera, y de su edad cronológica.
¿Cómo se puede realizar la intervención el aula?
Se debe procurar que la comunicación, que es esencial, no quede afectada por las dificultades de pronunciación del niño, por importantes que éstas sean. Por ejemplo:
Nunca se debe llamar públicamente la atención del alumno por sus errores o hacerle repetir las palabras que emite inadecuadamente, es mejor que el niño sea consiente de que nos hemos dado cuenta de su error, pero que eso no impide que nos interese lo que dice más que como lo dice. Es más efectivo repetir por nuestra parte la palabra cuando él la haya acabado, con objeto de presentarle un modelo adecuado.
Se debe evitar enfrentar al niño con su dificultad mediante una valoración negativa de ésta. Se le ha de transmitir que se conoce su problema, pero que eso no impide la comunicación con él.
Debe evitarse que otros compañeros, o el propio maestro en algún momento, lo inviten a repetir las palabras que contienen producciones inadecuadas, con objeto que las mejore o que se le entienda mejor. No hay que insistir en que corrija sus errores ya que con ello posiblemente se crearía un problema de tipo psicológico (temor a hablar, rehuir a las preguntas en clase, alejarse de los amigos etc.)
Conviene repetirle aquellas palabras que pronuncia en forma incorrecta en los casos donde no hay organicidad como etiología, para que tenga el modelo adecuado, pero tomando en cuenta el punto anterior: esta repetición ha de ser lo más natural posible y efectuarla siempre cuando el niño haya acabado de decir la palabra o ha terminado la frase.
Hay que hablarle al niño sin prisa. Cuando el niño habla, dejémosle terminar de hablar, esperando unos segundos antes de comenzar a hablar nosotros. El hablar lento y relajado de los maestros y/o padres es mucho más eficaz que estar criticándole o decirle que "hable más despacio".
Démosle a entender al niño tantas veces como se pueda, que le prestamos atención y que no tiene que apresurarse al hablar. Hay que evitar la crítica, el hablar rápido, las interrupciones y las preguntas.
Se puede ayudar al niño individualmente en momentos determinados, sin que ello signifique destacar sus diferencias con los demás y siempre que se este recibiendo asesoramiento o se conozca bien la técnica que se ha de aplicar para ese caso concreto. Aun así, estos espacios han de construir solo apoyos y no intentar convertirse en un tratamiento de lenguaje dentro del aula.
Si no se tiene un diagnóstico previo, se debe observar atentamente la evolución del niño para valorar qué tipo de patología parece más probable dentro de la alteración articulatoria y poder tomas las medidas necesarias. Al hacer eso, debe ser en función de la edad cronológica, ya que, como se dijo antes, podría tratarse de un desfase de tipo cronológico o de lo contrario de una dificultad más importante, lo que seria de mucha ayuda cuando se toma la decisión sobre el inicio de un tratamiento especializado.
Una vez iniciado el tratamiento, mantener una comunicación con la terapeuta del niño es lo más adecuado, ella es la persona especialista que nos puede dar otras sugerencias específicas acerca del trabajo que realiza con el niño y maneras en que se le puede ayudar. La idea es que estén conectados terapia-casa-colegio, de modo que se aborde al niño en los espacios donde él mas frecuenta contando con cierta congruencia en cuanto a la intervención, lo que permite mejores resultados y da lugar a un progreso mayor.El miedo
No es una enfermedad, ni una reacción patológica. El miedo es un sistema que sirve para nuestra supervivencia
¿Qué es el miedo?
El miedo es un sentimiento natural en las personas, es una especie de alarma que nos alerta de algún peligro y, por ende, activa nuestra vigilancia, nos hace estar más pendientes, incrementa la precaución, hace que nos protejamos, etc.
¿El miedo es innato o aprendido?
El miedo en sí es una respuesta innata, se da sin aprendizaje previo y su objetivo es proteger a los niños de los diferentes peligros a los que pueden estar expuestos. Por ejemplo, el miedo que siente un recién nacido a caerse provoca en el un reflejo llamado de Moro, que es una forma compleja de aferrarse. Es así que los niños al nacer traen consigo una serie de recursos que salen a relucir cuando se sienten amenazados o atemorizados. A lo largo del proceso de desarrollo del niño irán apareciendo miedos específicos y característicos a ciertas edades, que los padres deben reconocer y ayudar a superar para hacer de eso parte del proceso de aprendizaje y maduración.
¿Cómo se manifiesta el miedo?
Todo miedo tiene tres componentes: el cognoscitivo, que permite reconocer el peligro tras la percepción de elementos amenazantes o peligrosos; el componente fisiológico, conformado por los cambios que se dan en el organismo como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración de manos, dilatación de pupilas, etc.; y el componente motor, que son las características reacciones musculares, como movimientos automáticos de huida y defensa.
¿Existen distintas de clases de miedo?
Podemos hablar de miedos que son considerados normales, como parte del proceso de desarrollo; también de un miedo innato, como el del ejemplo del recién nacido; un miedo aprendido que es el que se tiene después de una experiencia negativa y, del miedo patológico, aquel que se repite con frecuencia en el niño, persiste hasta después de una edad considerada razonable y cuyas manifestaciones son muy intensas.
¿En qué es diferente el miedo de la fobia?
La fobia es un miedo irracional, obsesivo y angustioso hacia determinadas situaciones, cosas o personas. En ocasiones los miedos aprendidos pueden convertirse en fobias.
Se dijo que hay miedos característicos a cada edad, ¿cuáles son los que debemos esperar en nuestros hijos a lo largo de su desarrollo?
Las causas del miedo infantil van cambiando con la edad y según van creciendo se van centrando en su entorno y en sus experiencias. Así podemos señalar la aparición de miedos en el recién nacido a la perdida de apoyo o a un inesperado estimulo sensorial, que despiertan una reacción refleja que se manifiesta en llanto. El llanto en este caso es una respuesta adaptativa cuyo objetivo es llamar la atención de la madre.
A los 6 meses se manifiesta el miedo hacia estímulos nuevos, a las alturas, a los extraños. A los 9 meses parece ser la separación de la madre durante tiempos largos o quedarse solo en un lugar desconocido lo que genera el mayor miedo, alcanzado su fase más aguda hacia el final de los dos años. Alrededor de los 2 a 4 años, cuando se está aprendiendo a ir al baño solo, aparece el temor al inodoro, a los animales y a la oscuridad. A los 6 años surge el miedo al colegio, a los temblores y a los seres imaginarios. Entre los 6 y 9 años pueden aparecer temores considerados más reales, como el miedo al daño físico, al ridículo, a no ser aceptado o no poder lo que los otros pueden. Los niños entre 9 y 12 años pueden experimentar miedo a los accidentes, enfermedades graves, divorcio de los padres, pobre rendimiento escolar, peleas, etc. Alrededor de los 12 años, incluso ya de adultos, disminuyen los miedos a desastres naturales y van apareciendo miedos centrados en la sexualidad, embarazo, aborto, suicidio, niños con defectos, etc.
¿Cómo pueden ayudar los padres para que sus hijos superen sus miedos?
Lo esencial es no sobre preocuparse ni sobreactuar. Se les debe escuchar atentamente, aceptar sus miedos, no minimizarlos ni restarles importancia, decirles que es algo normal, que todos los chicos de su edad lo sienten, ayudarlo a encontrar la manera de dominar ese miedo y entender qué hay detrás de ese sentimiento. Es necesario explicar que cuando uno trata de crecer, de defenderse y de ser independiente, eso causa miedo. Y cuando por fin logre superar dicho miedo, hay que hacérselo notar para que sienta que tal éxito es reconocido. Háblele o recuérdele en algún momento cómo el superó ese miedo: con esto el niño admitirá su crecimiento y podrá recordarlo cuando se sienta atemorizado nuevamente. Si algún miedo se presenta con alta frecuencia o interfiere en el desarrollo evolutivo normal del niño o causa limitaciones en su vida diaria y los padres sienten que no saben como manejar la situación, se debe, entonces, consultar con un especialistaLa música como didáctica en los trastornos del desarrollo de lenguaje
Los trastornos de lenguaje pueden verse especialmente beneficiados cuando hacemos entrar en juego otras dimensiones que las propiamente lingüísticas
¿Que son los trastornos del desarrollo del lenguaje?
Se les puede definir como un retraso o fracaso en el desarrollo normal del lenguaje que no es diagnosticado en términos de deficiencia mental o física, trastorno emocional ni de privación ambiental. El DSM IV lo distingue entre trastorno de lenguaje expresivo y trastorno mixto del lenguaje receptivo – expresivo.
¿Cuáles son los criterios de gravedad al referirnos a los trastornos del desarrollo de lenguaje?
Al referirnos a las manifestaciones clínicas constatamos que pueden ser tan amplias que pueden abarcar todos los aspectos de la comunicación verbal y no verbal. Es decir, se pueden manifestar en una total incapacidad para comprender y responder a los estímulos comunicativos del medio o, simplemente, limitarse a un déficit léxico o a leves anomalías que pueden pasar desapercibidas.
¿Cuáles son las características clínicas mas significativas?
A la consulta llegan niños tímidos que experimentan reacciones emocionales bruscas o se muestran ansiosos y que acuden más que por su problema en la evolución de la capacidad de comprensión y expresión, por su problema de adaptación. De ahí la importancia de un buen diagnóstico de la patología del lenguaje, para no producir confusión con otras anomalías.
En el momento en que el niño empieza a descubrir el mundo que lo rodea y a imitar el lenguaje de su entorno, es donde sus deficiencias, dificultades en la discriminación auditiva, escasa variedad gramatical y tendencia a omitir marcadores gramaticales (limitaciones en la capacidad del sistema de procesamiento de la información y déficit en las estrategias generales de aprendizaje), se dejan notar.
¿Cómo se entrelaza el juego creativo, la música y el color en la rehabilitación en los trastornos del lenguaje?
El juego y la música son la posibilidad expresiva – corporal que permite incrementar la confianza, la seguridad y la identidad del niño, que son la base fundamental para la potencialización de otras habilidades. A través del juego el niño no se siente limitado ni presionado, por el contrario, al establecer simpatía con el adulto, se siente querido y el afecto le da seguridad. Una vez que el niño a logrado esto estará en condiciones de asumir nuevos retos.
¿En qué consiste la rehabilitación con la música?
Consiste en la posibilidad de familiarizar al niño con el medio sonoro y que por medio de esta manifestación, descubra jugando el mundo de la música y el color. A través de la música (estrategia metodologíca de apoyo), el niño aprende a controlar la atención y a comprender y seguir reglas a través de la imitación.
¿En qué se basa el programa?
El programa se basa en la utilización de los órganos de los sentidos y consiste en actividades que implican mirar, escuchar, manipular y concluir tareas. A través del programa que emplea la música, el color y el juego el niño logra aceptar un mínimo de guía y dirección verbal; contacto ocular ante instrucciones; poner la capacidad de imitación verbal bajo control y fomentar la frecuencia y la espontaneidad para comunicarse.
¿Y cómo logra incrementar la espontaneidad para comunicarse?
En la fase básica del lenguaje comprensivo, la música es utilizada para sonorizar cuentos, simbolizar sonidos, descubrir ritmos, tiempos, sonidos y silencios. Asimismo, partiendo del repertorio de actos comunicativos, la música permite aumentar la frecuencia de respuesta: gestos, expresión facial, generalizar en distintos contextos (expansión de los elementos de la oración y de los marcadores gramaticales), aumentando la espontaneidad e iniciativa del niño para comunicarse.
¿Esto requiere de un profesional especializado?
En principio si, básicamente para establecer las pautas en el proceso de rehabilitación. Posteriormente, los padres, quienes también tienen que participar, se encargarán de propiciar en el hogar este juego de exploración sonora, siempre estimulando al niño, nunca criticándolo ni reprimiendo sus logros por más mínimos que estos sean. Recordemos que es clave que el niño se sienta, digamos de alguna manera, aprobado por su entorno.¿Cómo estimular la lectura en edades tempranas?
Al leer una historia, ingresamos en un mundo “mágico” de experiencias, de inquietudes y, por qué no, interrogantes
Saber leer no es simplemente transformar un mensaje escrito en un mensaje sonoro, ni comprender su contenido. Leer presupone la utilización de todos nuestros sentidos. Al leer una historia, ingresamos en un mundo “mágico” de experiencias, inquietudes y, por qué no, interrogantes. Así un pequeño, que en su cumpleaños recibe por primera vez un libro, establece lazos íntimos con su madre, quien, a partir de ese momento, le cuenta antes de dormir la historia del oso travieso y juguetón, que tiene la piel suave, que tiene olor y que en una tarde después de salir del colegio, se perdió en el bosque. En ese momento el niño está siendo informado a través de sus sentidos, su imaginación y su creatividad. Y, también, recibe el deseo y la motivación por leer.
Muchos padres esperan que sus hijos alcancen la edad madurativa para leer, sean buenos lectores, buenos estudiantes y adultos cultos.
El acto de leer no supone el empleo de recetas “mágicas”, ni abordajes terapéuticos. No es innato: hay que cultivarlo a través de modelos que empiezan en el hogar.
¿Cómo lograrlo?
Los padres y las familias que establecen con el niño una comunicación verbal diaria, acompañada de una expresión corporal, gestual y rítmica, están favoreciendo el modelo de un comportamiento lector ideal.
¿Por qué gestual, y rítmica?
Porque el niño puede captar el significado de las palabras y las frases a través de la dramatización y la expresión del cuerpo, e incluso se enriquece con la musicalidad de los fonemas. Es básico cuando el niño alcance la edad de maduración para leer, pues la relación con las palabras, con las frases, con los textos, será un acto de continuidad iniciada en edades anteriores. Esto unido con el modelo de los padres, estimulará el gusto por la lectura.
Existen investigaciones que afirman que escuchando la voz de los padres, los niños se estimulan a leer. El niño aprende a interpretar los matices de la voz y a reconocer distintos códigos usados por sus padres como son por ejemplo: de arrullo, de engaño; las voces conocidas de acuerdo al contexto en la que se desenvuelve la historia. Todo esto es importante porque introduce al niño en el mundo del lenguaje oral y su poder de comunicación. Más que interpretar literalmente las palabras, la afectividad inmersa en el juego, vincula al niño al mundo de los significados y consecuentemente a la lectura.
¿Cuándo se inicia el proceso lector?
Se inicia desde edades tempranas, incluso antes del nacimiento. Hay teorías que afirman que las madres gestantes que leen durante su etapa de embarazo, están estimulando el proceso lector posterior. Esto nos supone que no existe una edad fija de inicio para leer. Ha habido autores que han creído hallar en el desarrollo general del individuo un factor importante en la madurez lectora. Sin embargo, no se puede confirmar estadísticamente. Otros, como el caso de Doman, afirma que el mejor momento para enseñar a leer es a los dos años. Para este autor el aprendizaje precoz de la lectura forma parte de la terapéutica en el tratamiento de los niños con lesiones cerebrales. Particularmente considero que esperar hasta los 6 años, que es la edad madurativa para leer, es limitar a nuestros hijos El aprendizaje de la lectura favorece el desarrollo intelectual, escolar y social. Son los primeros años en donde hay que explotar el potencial. Así se podría compensar las desigualdades iniciales en materia de lenguaje y de aprendizaje.
¿Cómo pueden los padres fomentar la lectura en sus hijos?
Los padres pueden comenzar a estimular la lectura a través de historias inventadas por ellos mismos, sus experiencias personales, sus vivencias familiares les permiten la construcción de su yo personal y social. Además, a través de la dramatización y la creación literaria, los niños pueden canalizar sus emociones y sus temores.
Luego es importante el empleo de cuentos. Ello le permitirá conocer un vocabulario no empleado en su vida diaria, le enseña a estructurar con facilidad el lenguaje. Está comprobado que los niños a quienes se les ha leído cuentos en la edad preescolar, llegan a la escuela, con una información previa, una cierta información del lenguaje escrito, que hace que el proceso de leer y de escribir sea más fácil.
Es importante asociar el relato de los cuentos o de historias con juegos corporales, con las manos, con los dedos, en general con todo el cuerpo, siempre empleando el lenguaje rítmico, bien articulado, con diferentes tonos de voz, con frases musicalizadas.
Los libros con figuras amplias y coloridas ayudan mucho para la estimulación multisensorial y si tienen calcomanías para armar y pegar serán de gran ayuda.
Es importante que al leer se siga una secuencia lógica del relato. Anímele a su hijo a narrar el cuento. Posteriormente puede ser inventado por los dos, jugando a completar o recordar las secuencias.
Existen otras formas?
Otra forma de motivar la lectura es a través del dibujo y el pintado. Se puede leer una historia y pedir al niño que juntos dibujen los personajes.: Se puede afianzar los conceptos espaciales, y temporales (antes y después).
¿Que recomendaciones nos daría?
Es importante establecer un horario de lectura exclusivo , sin interrupciones. Ni ausencias. Así el niño se preocupará por respetar el tiempo de “leer”
Si el niño no logra comprender totalmente lo escuchado, no hay que exigirle que lo comprenda. A través de las preguntas que le haga logrará comprenderlas.
Es recomendable utilizar libros llamativos y, resistentes, que ellos puedan manipular con entera libertad. Es necesario enseñarles como se lee. No se trata de que aprendan a leer sino que aprendan los pasos previos: buscar el lugar apropiado para leer, determinar qué tipo de libro quiere leer, familiarizarse con los sonidos, asociar el sonido con las letras, iniciar sus primeras sílabas, sus primeras palabras , descubrir toda la gama de información, por ejemplo descubrir los colores, reconocer formas, cantidades, definiciones, descripciones, etc.
Lo más importante es que el momento de leer sea especial y no rutinario. Esté cargado de armonía, seguridad, calidez y placer.
Cómo conclusión se puede decir que se puede estimular a los niños en áreas que servirán para el inicio del proceso lector. Se puede iniciar a cualquier edad siempre que la evolución intelectual lo posibilite. Los tres primeros años son fundamentales para el desarrollo integral infantil, Esto por la plasticidad cerebral. La madurez para le lectura no necesita esperar a la maduración biológica siempre y cuando se adapten en todo momento al desarrollo de las adquisiciones del niño y en un ambiente estimulado permanente.
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